Las apuestas deportivas están de permanente actualidad. Hay varios motivos. Desde temas legales a consecuencia de las nuevas reglas legislativas gubernamentales hasta el creciente aumento de los deportes sobre los que hacer cábalas, a la nueva tecnología que ayuda a un mayor auge y a la creación de más casas de apuestas que buscar ser referentes en el sector como sucede con VPbet. A lo largo de estas líneas hablaremos sobre otro motivo menos conocido cuando nos referimos a las apuestas deportivas. Porque, seguramente, todos hemos realizado un pronóstico deportivo mientras presenciábamos algún encuentro de Liga de Primera división, de la Champions League o de otros deportes como NBA o tenis, entre otros. Pero ¿sabemos cómo funcionan los pronósticos deportivos?
Ahora, todo se ha maximizado, pero cuando empezaban a surgir las apuestas deportivas emergía la figura del ‘tipsters’, es decir, esos expertos en determinados deportes que hacían sus recomendaciones de pronósticos deportivos. Y buscaban las mejores combinaciones posibles. Eran cálculos basados en sus conocimientos y varios factores a considerar sobre ese encuentro, ese deportista o incluso situación social. Ahora, esa figura del ‘tipster’ se ha popularizado, aunque aún siguen quedando personas que dedican su tiempo, y obtienen un beneficio, mientras realizan sus pronósticos.
Análisis exhaustivo de un pronóstico deportivo
A la hora de hacer un pronóstico, y esto afecta a toda disciplina deportiva, hay que echar un vistazo muy detenido a las estadísticas, y comparar. Los datos son rigurosos, no dan lugar a interpretaciones y contribuyen a hacerse un escenario de lo que puede suceder. Es decir, si un equipo viene siempre ganando a otro equipo desde hace diez años… tenemos un dato matemático. Adquiere una cierta importancia a la hora de hacer el pronóstico en el favor de este equipo.
Otro elemento, y esto sucede en deportes más individuales, es atender al puesto en el que figuran en el ranking. Como puede suceder en el tenis. O si es colectivo, a su puesto en la clasificación. O al número de bajas, goles… y un sinfín de datos objetivos que queramos incluir a la hora de hacer el pronóstico.
Aparte de los factores matemáticos están los elementos psicológicos o aquellos que no son tan objetivos. Por ejemplo, si decidimos pronosticar sobre el vencedor de una etapa del Tour de Francia, además de analizar a los posibles candidatos, debemos atender a la situación climatológica. No es lo mismo, de cara al rendimiento del ciclista, que haya un día de sol que una jornada de lluvia y frío. Seguramente esos elementos influyan. Como puede suceder que un equipo juegue en campo contrario o en un terreno de juego de dimensiones más reducidas. O si lo llevamos al terreno personal, si ese jugador reaparece tras unos meses de lesión o si simplemente atraviesa un mal momento personal.
Estos, y otros muchos factores, por insignificantes que parezcan, son analizados al detalle por la figura del ‘tipster’, que luego, incluso, evalúa, en sus pronósticos finales, a cómo se pagaría ese pronóstico deportivo en las diferentes casas de apuestas. Con todo ello, digamos, emitiría su informe definitivo, y que podríamos tener en consideración antes de finiquitar nuestro pronóstico. Luego, ya se sabe, el azar suele ser caprichoso.